Con esta entrada se pretende dejar constancia de los reclamos a la lengua “serios” que ha formulado una banda acunada en Euskadi, de ideología nacionalista radical y, además, terrorista.
Por ejemplo en su primera Asamblea celebrada en 1962 en Francia redactaron una Declaración de Principios entre los que figuran, en sus premisas fundamentales:
- Euzkadi Ta Askatasuna proclama el derecho de autogobierno del Pueblo Vasco y necesidad de empleo de los medios más adecuados que circunstancia dicte.
- La libertad de Euskadi es el único medio para el desarrollo y la vigorización de la Nación Vasca. […].
- Lucha por la recuperación de la lengua y la cultura.
En la segunda Asamblea que tuvo lugar en 1967 en Getaria (Guipúzcoa), como se habían diferenciado con anterioridad entre la ideología marxista y la culturalista, sin convivencia aparente que crease una simbiosis entre ambas ramas, se toman los principios del nacionalismo revolucionario complementado por la Teoría de los Frentes de Krutwig (escritor de <
Es en 1973 cuando se congrega la primera parte de la VII Asamblea en la que surge la Liga Comunista Revolucionaria para formar la Sección Española de la IV internacional. En el ideario de sus objetivos se quiere: “lograr la unidad e independencia de Euskadi e imponer el euskera como única lengua nacional.”
Así, también utilizan el término etnia en lugar de raza –como acuñó este último el nacionalismo histórico- en aras de la identidad nacional. Pero advierten que quizá la lengua sea una mejor muestra de la potencialidad independentista. Por tanto, la esencia del pueblo ya no es tanto su componente biológico o racial como el cultural.
Entonces... ¿queda convertida la lengua en el pilar fundamental de la etnia vasca o viceversa? ¿La lengua provoca el nacionalismo o el nacionalismo encumbra la lengua? Sea como fuere y siguiendo con el discurso de la organización euskaldun nos encontramos ante el obstáculo al que hizo frente este “nacionalismo renovado”: las fuentes de las que beben priman la raza, empezando por el político vasco padre del nacionalismo, Sabino Arana; pero que relegaba la lengua un segundo plano. Para él, Euskadi se extingue sin la raza, para el movimiento organizado “el euskera es la quinta esencia de Euskadi”. Otro matiz los distingue; pues Arana trata de aislar el euskera de todo contagio exterior en pro de su esterilidad y el nacionalismo radical actual quiere convertirla en una lengua de uso, actual y moderna de un puesto privilegiado e influyente en la sociedad y demás lenguas. No obstante, ambas corrientes mimetizadas vana coincidir en el hecho de la reuskerización necesario del país, implicando tanto al ámbito público como al privado.
En resumen para estos últimos la lengua:
- “Juega un papel primordial y básico en el proceso de recuperación de la identidad nacional.”
- “Adquiere un carácter dinámico al favorecer el afianzamiento y la extensión de la conciencia nacional vasca”.
- “Debe adecuarse a la realidad actual, abriéndose para ellos a la influencia de otras lenguas y culturas”.
En conjunto, la banda entiende la etnia vasca como antiquísima dada su pureza, por lo que ha de seguir preservándola. España no es más que un resultado insustancial de un accidente de los acontecimientos históricos. Tan alejados se sienten del resto de su cercana nación que luchan por asentarse como Estado equiparado a los del resto de Europa, implicando a una remodelación del mapa de ésta y todo detrás del motivo de homogeneidad étnica. El proceso sería de sustitución de los Estados o “nacionalidades políticas” por “nacionalidades étnicas”.
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