Hoy hemos sido testigos de una nueva propuesta electoral, fundada con el único fin de ganar votos, cosa muy común en estos días de campaña política. En este caso, la reforma propone ciertos cambios en la educación para lograr que las distintas lenguas existentes en nuestro país alcancen una mayor difusión territorial. Con ello, las lenguas de uso minoritario serán más conocidas entre la sociedad española y cada vez más personas podrán comunicarse utilizando el léxico catalán, gallego o vasco.
Atendiendo a la actualidad de este tema, nos hemos visto en la obligación de dedicarle una entrada de nuestro blog, pues bien merece la pena; aunque con esto se retrase el tratamiento de nuestra investigación, que estaba previsto ser iniciado con una breve introducción sobre el origen y desarrollo de las lenguas que conviven en España.
La noticia saltaba a los medios con titulares como el siguiente:
El PSOE ofrecerá estudios de gallego, catalán y euskera en Andalucía para “facilitar la movilidad laboral”
Después de haber llamado la atención de los receptores, en el cuerpo de información se explicaba que Manuel Chaves, actual presidente de la Junta de Andalucía, propone la ampliación de la oferta lingüística de las Escuelas Oficiales de Idiomas de su región, incluyendo el catalán, el euskera y el gallego. Estas lenguas serían estudiadas por quienes desearan aprenderlas voluntariamente, siempre y cuando se diera “una acusada demanda” para conseguir como objetivo “facilitar la movilidad laboral de aquellos andaluces y andaluzas que lo requieran”. Así es como se señala en una enmienda del PSOE presentada al programa electoral que será aprobada en una conferencia política este fin de semana en Granada.
A raíz de esta información, han surgido distintas posturas al respecto.
Los eternos rivales, el partido socialista y el partido popular, contraponen nuevamente sus prioridades. Javier Arenas, candidato popular a la presidencia de la Junta de Andalucía para las próximas elecciones, recalcaba la discordancia de esta medida con la ansiada unidad de España mediante las siguientes declaraciones: «No he conocido una propuesta que suponga una mayor coartada para los nacionalismos. Esto significa aceptar la desigualdad de oportunidades y, que con el castellano no se pueden tener los mismos derechos».
Según Arenas, la iniciativa de Manuel Chaves no es más que la conformidad con el hecho de que si los andaluces quieren trabajar en Cataluña no podrán hacerlo utilizando su propia lengua, sino que tendrán que saber catalán (ocurriendo esto mismo en Galicia y País Vasco con sus respectivas lenguas).
Los populares acusan al PSOE de advertir a los andaluces para que se amolden a la situación aceptando que su lengua no es suficiente para trabajar o comunicarse en tres comunidades autónomas del Estado.
Habiendo comprendido las posturas de ambas corrientes políticas, debemos considerar que aprender rasgos concretos de las diferentes culturas asentadas en nuestro país a lo largo de varios siglos, como es el caso de las lenguas, amplía la cultura general y las posibilidades de éxito en el ámbito laboral y personal de nuestras vidas.
Sin embargo, al tratar esta polémica cuestión desde la opinión pública, remitimos a las tradicionales disputas de ideologías nacionalistas. No está demás reivindicar la importancia y el uso de las lenguas minoritarias pero no se debe olvidar que el castellano es la lengua oficial del Estado. Así, este tema generaliza entre la sociedad el conocimiento de las lenguas propias de Cataluña, Galicia y País Vasco, pero no deberá nunca eclipsar la importancia del castellano como símbolo de una lengua común a todos los miembros de nuestra nación.
lunes, 4 de febrero de 2008
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