sábado, 15 de marzo de 2008

Origen y evolución del euskera

Siguiendo con nuestra explicación sobre el origen de las lenguas de nuestro país, dedicaremos esta entrada a la evolución de la lengua vasca, y a las teorías sobre su procedencia.

El euskera es una lengua prerromana que se habla en el País Vasco español y francés y en el norte de Navarra. Según los lingüistas no está emparentado con ningún otro idioma actual o histórico. Es la única lengua que no tiene un origen indoeuropeo; se relaciona con las lenguas caucásicas o las bereberes del norte de África.

Teorias sobre el origen del Euskera:

Lenguas preindoeuropeas mediterráneas:

La teoría que plantea la procedencia del euskera de las lenguas preindoeuropeas, que se formuló en torno a 1920 y 1950, se apoya en la idea de la existencia de un sustrato común en las lenguas preindoeuropeas y plantea que el euskera sería la superviviente de una serie de lenguas de la cuenca mediterránea. Esta teoría se debe al lingüista Francesco Ribezzo.
Sin embargo, aunque es cierto que entre la lengua vasca y las mediterráneas hay elementos comunes, se trata de simples similitudes propiciadas por la cercanía geográfica.

Las lenguas africanas:

Algunos investigadores descubrieron que determinadas lenguas de África guardaban cierta relación con el euskera, lo que promovió su estudio en busca de nuevas claves.
Nadie niega las similitudes léxicas entre el berebere y el euskera, pero no son suficientes para mantener que su origen sea común, ya que no poseen una sintaxis, ni una morfología ni una gramática similar.

Evolución de la lengua vasca:

Hacia el siglo V d.C. se produce la llegada de los romanos por el valle del Ebro y con ella tienen lugar los primeros asentamientos urbanos. En aquellos territorios con menor presencia romana la población sólo usaba el latín cuando le era imprescindible, especialmente en el comercio, la iglesia y el lenguaje escrito, manteniendo en el resto de las situaciones la lengua autóctona.
Así, mientras la lengua de los romanos se utilizaba en el comercio o en la Administración, el euskera consiguió mantener su protagonismo en la vida familiar y rural.

Euskera y latín convivieron durante años influenciándose mutuamente. El latín dejó su huella en la evolución del euskera, y éste en el desarrollo del latín vulgar y de las lenguas romances.

El vasco cuenta con escasa tradición escrita que fue impulsada por los clérigos en el siglo XVI.
Durante la II República se oficializó, pero la Guerra Civil interrumpió su aplicación y volvió a ser cooficial con la Constitución de 1978. Sin embargo, su escasa tradición escrita y su uso restringido a ámbitos rurales ha hecho que se presenten una gran variedad de dialectos fijándose como código común el “euskera batua”.

Hoy intenta desarrollarse mediante los medios de comunicación, la enseñanza y la administración, aunque no ha conseguido un desarrollo semejante al del catalán o el gallego.

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