sábado, 29 de marzo de 2008

Variedades meridionales del castellano

Para conocer un poco más las distintas hablas de nuestra nación, debemos hacer una mención especial a las variedades meridionales de la lengua castellana. Con ello, nos estaremos refiriendo al andaluz y a las hablas de transición (el extremeño, el murciano y el canario).

Las variedades meridionales se relacionan, en general, con el español hablado en zonas litorales de Hispanoamérica y presentan características comunes, aunque varían en su relevancia y extensión.

El andaluz

El área de dominio del andaluz reúne un conjunto de hablas muy variadas que, gracias a la evolución histórica del sur peninsular, contienen una enorme riqueza en cuanto a vocabulario se refiere. En el uso habitual de las hablas andaluzas se mantienen arcaísmos (escarpín: “calcetín”) y vocablos de la lengua mozárabe (cauchil), se incorporan palabras de la lengua gitana (churumbel), aparecen expresiones típicas de la zona (nanay), se forman palabras nuevas (malaje) y hay un mayor número de arabismos (aljofifa) que en las variedades septentrionales del castellano.

Como características principales encontramos el seseo (pronunciación de z, ce, ci como s) y el ceceo (pronunciación de scomo z). La zona seseante abarca parte de Sevilla, Córdoba, Huelva, Málaga y el oeste de Granada; en la zona sur predomina el ceceo, mientras que en el norte y en la mayor parte de la provincia almeriense se distinguen las diferencias de sonido en la pronunciación.


Otros rasgos característicos de las hablas andaluzas son la aspiración o eliminación de la –s final de palabra (lah niñah / la niña en lugar de las niñas), la confusión de l y r implosivas (alma = arma), el yeísmo, el uso del pronombre ustedes en lugar de vosotros (ustedes estáis) y la generalización de los sufijos diminutivos -illo / -illa.

Las hablas de transición

Como hablas de transición designamos aquellas modalidades que comparten rasgos del castellano meridional y de otras variedades.

El extremeño

Tiene rasgos comunes con el castellano septentrional, el andaluz y el leonés. Sus rasgos fonéticos más importantes son la aspiración generalizada de la –s final de palabra y del fonema /x/, el yeísmo y la confusión de r y l al final de sílaba. No obstante, la característica más destacable del extremeño es sin duda la preferencia en el léxico por el sufijo diminutivo -ino / -ina.

El murciano

Por su historia y situación geográfica, el murciano comparte características comunes con el andaluz, el aragonés y también el catalán. Entre sus características fonéticas destaca la entonación, la aspiración y pérdida de la –s final de palabra, la aspiración del fonema /x/ y el uso de los diminutivos -ico/a, -iquio/a. En algunas zonas costeras se da el seseo.

El canario

El habla del las islas Canarias recibe influencias del andaluz y de las variedades del español de América. Como rasgos fonéticos característicos se debe mencionar el seseo, la aspiración de la –s y del fonema /x/ y el uso del pronombre ustedes en sustitución de vosotros. En el léxico encontramos andalucismos, americanismos y guanchismos (palabras procedentes de la lengua de los nativos, como gofio, que designa un tipo de harina).

sábado, 22 de marzo de 2008

Origen y evolución del gallego



Actualmente, esta lengua románica se extiende por Galicia y penetra en zonas de otras comunidades como Asturias, León y Zamora. Así mismo, se distinguen tres grandes zonas de habla gallega en dicho territorio: la occidental, la central y la oriental.

El gallego surgió en el noroeste de la península Ibérica y se propagó durante el largo proceso de la Reconquista por el norte de Portugal, constituyendo así con la lengua portuguesa una misma unidad lingüística: el galaico-portugués. Sin embargo, con el paso del tiempo el portugués siguió su evolución como lengua del territorio limítrofe, con una organización política independiente.

En el siglo XI, el gallego fue la lengua característica de la espléndida lírica trovadoresca de los Cancioneiros. Como consecuencia de la introducción del castellano (gracias a la nobleza y al clero) en la zona de influencia del gallego, éste quedó relegado al ámbito familiar y oral, en una situación diglósica. Así, durante varios siglos, el castellano se consolidó fuertemente llegando a ser la lengua propia de la Administración, de la Iglesia y de la vida académica en todo el territorio nacional.

Teniendo en cuenta dicha “situación hegemónica” del castellano, el siglo XIX supuso, gracias al Rexurdimento, una recuperación de la lengua gallega para el uso culto y literario. Rosalía de Castro, autora bilingüe como casi todos los escritores gallegos, no sólo es la refundadora de la tradición lingüística de su región, sino también es la más importante poeta del romanticismo español gracias a obras como Cantares galegos(1863) y Follas novas(1880).

Las obras narrativas y teatrales de otros autores y la publicación de gramáticas y diccionarios dieron cuenta de la valoración y preocupación por la lengua gallega, lo que llevó, en 1905, a la creación de la Real Academia Galega.
Durante la II República se llegó a aprobar el Estatuto de Autonomía de Galicia, pero el inicio de la Guerra Civil frustró el auge y difusión de esta lengua. Finalmente, con la aprobación de la Constitución en 1978 y del Estatuto de Autonomía en 1981, el gallego adquirió carácter oficial en Galicia.

La enseñanza del gallego y su uso en los medios de comunicación han extendido su conocimiento a la mayor parte de la población española; los porcentajes son menores en el caso de la lectoescritura, aunque las leyes actuales establecen y promueven el aprendizaje y el uso equilibrado del gallego y del castellano. Por otro lado, el gallego está cada vez más presente en ámbitos políticos y culturales.

sábado, 15 de marzo de 2008

Origen y evolución del euskera

Siguiendo con nuestra explicación sobre el origen de las lenguas de nuestro país, dedicaremos esta entrada a la evolución de la lengua vasca, y a las teorías sobre su procedencia.

El euskera es una lengua prerromana que se habla en el País Vasco español y francés y en el norte de Navarra. Según los lingüistas no está emparentado con ningún otro idioma actual o histórico. Es la única lengua que no tiene un origen indoeuropeo; se relaciona con las lenguas caucásicas o las bereberes del norte de África.

Teorias sobre el origen del Euskera:

Lenguas preindoeuropeas mediterráneas:

La teoría que plantea la procedencia del euskera de las lenguas preindoeuropeas, que se formuló en torno a 1920 y 1950, se apoya en la idea de la existencia de un sustrato común en las lenguas preindoeuropeas y plantea que el euskera sería la superviviente de una serie de lenguas de la cuenca mediterránea. Esta teoría se debe al lingüista Francesco Ribezzo.
Sin embargo, aunque es cierto que entre la lengua vasca y las mediterráneas hay elementos comunes, se trata de simples similitudes propiciadas por la cercanía geográfica.

Las lenguas africanas:

Algunos investigadores descubrieron que determinadas lenguas de África guardaban cierta relación con el euskera, lo que promovió su estudio en busca de nuevas claves.
Nadie niega las similitudes léxicas entre el berebere y el euskera, pero no son suficientes para mantener que su origen sea común, ya que no poseen una sintaxis, ni una morfología ni una gramática similar.

Evolución de la lengua vasca:

Hacia el siglo V d.C. se produce la llegada de los romanos por el valle del Ebro y con ella tienen lugar los primeros asentamientos urbanos. En aquellos territorios con menor presencia romana la población sólo usaba el latín cuando le era imprescindible, especialmente en el comercio, la iglesia y el lenguaje escrito, manteniendo en el resto de las situaciones la lengua autóctona.
Así, mientras la lengua de los romanos se utilizaba en el comercio o en la Administración, el euskera consiguió mantener su protagonismo en la vida familiar y rural.

Euskera y latín convivieron durante años influenciándose mutuamente. El latín dejó su huella en la evolución del euskera, y éste en el desarrollo del latín vulgar y de las lenguas romances.

El vasco cuenta con escasa tradición escrita que fue impulsada por los clérigos en el siglo XVI.
Durante la II República se oficializó, pero la Guerra Civil interrumpió su aplicación y volvió a ser cooficial con la Constitución de 1978. Sin embargo, su escasa tradición escrita y su uso restringido a ámbitos rurales ha hecho que se presenten una gran variedad de dialectos fijándose como código común el “euskera batua”.

Hoy intenta desarrollarse mediante los medios de comunicación, la enseñanza y la administración, aunque no ha conseguido un desarrollo semejante al del catalán o el gallego.

jueves, 6 de marzo de 2008

Origen y evolución del catalán

Continuamos el desarrollo de nuestro trabajo explicando ahora otra de las lenguas propias de nuestra nación: el catalán.



Esta lengua galorrománica se formó entre los siglos VIII y X en las tierras del Imperio carolingio que formaban los condados de la Marca Hispánica.
Más tarde (siglos XII y XIII) se extendió hacia el este y el sur de la península gracias a las conquistas territoriales de la corona de Aragón, así, la frontera lingüística quedó establecida al final del reinado de Jaime I.

La novela de caballerías Tirant lo Blanch contribuyó a la difusión de la literatura catalana, en la que también destacaron poetas como Ramón Llull y Ausias March.
Sin embargo, la lengua catalana perdió popularidad durante el siglo XVIII quedando relegada a un segundo plano. Podemos decir que esto se debió en parte al surgimiento de la Real Academia y al objetivo principal por el que fue creada: cultivar y difundir una sola lengua que le dotase de prestigio al Siglo de las luces.
Como consecuencia, la producción literaria catalana se debilitó extremadamente, sin embargo el catalán no llegó a desaparecer como lengua porque se mantuvo en el uso oral, asentado firmemente entre los habitantes del este peninsular.

La ideología romántica de finales del siglo XVIII y, sobre todo, el Nacionalismo del XIX contribuyeron a la recuperación de la lengua catalana. En este periodo, llamado habitualmente Renaixença, se publicaron nuevas obras literarias como Llàgrimes de viudesa de MiquelAnton Martí, y también se produjeron periódicos escritos exclusivamente en catalán.

A principios del siglo XX, Enric Prat de la Riba fundó el Instituto de Estudios Catalanes (en catalán: Institut d'Estudis Catalans), una institución cultural privada que cumple la función de Academia de la lengua catalana.
La utilización de esta lengua se vio nuevamente truncada con el estallido de la Guerra Civil y, posteriormente, con el establecimiento de la dictadura franquista, la cual sobrevaloraba al castellano por encima de todas las demás lenguas propias de las distintas comunidades españolas.

Con la llegada de la Democracia, la Constitución de 1978 reconoce a la lengua catalana como cooficial junto con el castellano en Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana, además, actualmente también se habla catalán en algunas zonas fronterizas de Aragón, en Alguer (Cerdeña), Rosellón (sur de Francia), y en Andorra, donde es oficial.

La difusión del catalán, como la de sus dialectos (payarés, tortosino, valenciano, ribagorzano), es defendida y potenciada por su uso desde la enseñanza, la administración y los medios de comunicación.
Todos nosotros, como ciudadanos pertenecientes a una misma nación, debemos conocer y respetar la utilización de esta lengua para enriquecer culturalmente el conjunto de la sociedad.